domingo, 21 de septiembre de 2008
Masiosare ¿el extraño enemigo que buscamos?
jueves, 14 de agosto de 2008
Los libros de Historia
Sin embargo, este 13 de agosto, 487 años después –si mis matemáticas no me fallan- de aquel significativo suceso, he sucumbido; he caído rehén de otra conquista: aceptar el apoyo de una agenda para recordar mis crecientes actividades formales. Si bien es cierto que no hay mejor memoria que la memoria de papel, me había resistido por bastante tiempo a compartir mis roles cotidianos con un impersonal manojo de papeles saturados de fechas, santorales, líneas, citas, moralejas y proverbios tan desconocidos, que no les queda sino aspirar a ser universales.
viernes, 1 de agosto de 2008
La pasión de Eugenio
La tarde en que coincidieron Eugenio y Kareina no sólo se tornaron cómplices sus miradas, también compartieron taquicardias y sudores fríos. Ambos se sintieron mortales. Desde el primer momento emergió una comunicación tan fluida, cómoda, en fin, total. A pesar de la cercanía que compartieron el resto de la noche y durante la madrugada, sabían que los pronósticos estaban en su contra, que no podrían llegar tan lejos.
Mientras viajaba de regreso en el avión, a Eugenio no le importó que su asiento no tuviera ventanilla. Meditaba y se convencía que no se arrepentía en lo absoluto por alguna de las palabras que le pronunció, por los compromisos tácitos, por la pasión carnal que experimentaron juntos. Tampoco dejó de estremecerse cada vez que cerraba los ojos y ella aparecía, por la voz que escuchaba, por el olor que ahora lo marcaba.
Habían prometido volver a encontrarse, llamarse, escribirse, pensar el uno en el otro. Eugenio no se engañaba; era franco consigo mismo, no estaba seguro de lo que sucedería. Quizá tenían las palabras y las imágenes contadas, temía que no volverían a reconocer sus miradas, sino a través de otros ojos, al fin y al cabo ajenos, mas ya nunca desconocidos.
domingo, 29 de junio de 2008
Mi poeta favorito
LA LOCURA
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los Seres Humanos. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura como siempre tan loca les propuso:
...vamos a jugar a las escondidas???
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad sin poder contenerse le preguntó:
Es un juego, explicó la Locura, en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón. Y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupara mi lugar para continuar el juego.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia.
La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
La Verdad prefirió no esconderse... para qué...??? ....si al final siempre la hallaban.
Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella)... y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
Uno, dos tres... comenzó a contar la Locura. La primera en esconderse fue la Pereza, como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino.
La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos...
El Egoísmo, en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo, pero sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos... (mentira, seescondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo en el centro delos volcanes.
El Olvido... se me olvidó dónde se escondió el Olvido,pero eso no es lo más importante. La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve... y el Amor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar. La primera en encontrar fue la Pereza... a sólo tres pasos detrás de unas piedras.
Después se escuchó la Fé discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibraren los volcanes.
En un descuido encontró a la Envidia y claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo.
Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse. Así fue encontrando a todos.
Al Talento entre la hierba fresca...
A la Angustia en una oscura cueva...
A la Mentira, detrás del arco iris, (mentira... en el fondo del mar).
Hasta el Olvido... ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas. Pero... sólo el Amor... no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y pensó:
El Amor siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas... tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas... cuando de pronto un doloroso grito se escuchó...
Las espinas habían herido los ojos del Amor, la Locura no sabía qué hacer para disculparse: ...lloró...rogó... pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra a las escondidas, el Amor es ciego... y la Locura siempre lo acompaña.
jueves, 5 de junio de 2008
La psicología de las masas
A propósito de lo anterior, me gustaría comentar lo que sucedió hace algunos días que me puse la verde y me lancé al vetusto Nou Camp con la ilusión y relativa seguridad de que el equipo de futbol León obtendría su pase a la primera división nacional. Hasta eso, la aventura para conseguir los boletos fue breve y afortunada. Aprovechándome del acceso a la web, me libré de interminables horas formado en las banquetas contiguas al estadio. Me bastaron un par de minutos y dar algunos "clicks" en el portal de ticketmaster para asegurar mis entradas. Creo que nunca había valorado tanto "el poder de mi firma".
Total, el día del partido llegué temprano al estadio, pensé que las 3 horas de antelación serían suficientes para asegurar un buen lugar. Sin embargo, creo que otras 20 mil personas pensaron lo mismo, o incluso, consideraron que debían contemplar el amanecer ya formados desde la fila, pues cuando por fin pude acceder a las tribunas, aquello era ya un "hervidero de gente".
Los casi 180 minutos en pleno rayo de un sol perro pasaron a segundo término cuando los equipos saltaron al terreno de juego. Al instante comenzó a desplegarse en la tribuna norte la monumental bandera de los "panzas verdes". La vibra y la pasión por un mismo objetivo no podía ser mayor. Mas sí lo fue cuando cayó el primer gol a favor de los locales. El deseo de las cerca de 40 mil almas sólo podía señalar un anhelo reprimido por más de un lustro.
Llegó el medio tiempo y seguíamos confiados en que se anotaría un gol más y se obtendría el ascenso. Las cervezas volaban y el calor de más de 35 grados -pero sobre todo la adrenalina- impedía que cobraran su efecto etílico. El recuerdo de la parte complementaria se ha tornado borroso en la memoria. Unos confusos 15 minutos dieron la estocada de muerte al equipo de mi ciudad. Dos goles del equipo rival hicieron que el estadio enmnudeciera. Se podía cortar la tensión con un cuchillo. Cada aliento se tornó en angustia. Las caras, los latidos y los sueños no volerían a ser los mismos.
Trancurrieron los minutos y nada se pudo hacer. Sólo los murmullos se escuchaban de manera permanente. Se podía oir perfectamente el jadeo de los jugadores y los ocasionales gritos y mentadas de madre a diestra y siniestra. Como si el efecto del sol causara un sobre peso en los cráneos, los cuellos comenzaron a ceder y de manera coordinada miles de personas agacharon la cabeza, bajaron la mirada en un afán desesperado por esconder la vergüenza y el desencanto.
Aquel mediodía el índice de plegarias se elevó como nunca en la ya de por sí religiosa ciudad. También se incrementó el consumo de uñas y los casos de deshidratación, producidas no sólo por la radiación solar, sino por las lágrimas que se asomaron sin preguntar.
La tarde del domingo 25 de mayo pasado fue especial. La ciudad se mostraba desolada. Las calles semidesiertas amortiguaban el ruido producido por los pocos vehículos que circulaban, se reprimía el sonar de los escapes y mofles dañados por los años. Les aseguro que no exagero. El León no es mi equipo favorito, pero, ahhhhhh qué feo sentí.
martes, 22 de abril de 2008
Las coincidencias de los regímenes fascistas
Por cierto, como un dato chocante podemos construir el top ten de la lista que ya integra Hitler, Mussolini, Pinochet y Huerta. Para completarlo, a continuación incluyo a otros dictadores fascitas a lo largo del siglo XX: Videla (Argentina), Franco (España), Stroessner (Paraguay), Salazar (Portugal), Trujillo (República Dominicana) y Bordaberry (Uruguay). Todos ellos dieron al traste con regímenes republicanos.
viernes, 11 de abril de 2008
Desde el martes pasado
Así es. Ese día me encontré con los ojos de la mujer que de inmediato me hizo "doblar las manitas", como solíamos alardear en la secundaria. Acepto con orgullo, con un alto, ALTÍSIMO grado de altivez que nunca en mis casi 7 lustros de vida había caído tan embelezado, víctima del mejor de los hechizos.
Envalentonado por presenciar su llegada a esta atmósfera desde la primera fila, soslayé sin dificultad mi poca tolerancia a la sangre, las agujas y el escalpelo. Desatendí consejos, escuché anécdotas surrealistas, casi escatológicas (en todas sus acepciones) y nuevamente me sorprendí a mí mismo cuando desairé recomendaciones para que desistiera. Pasé por alto con extremo desdén el olor a carne cauterizada. Pude contener con aparente estoicismo el inmenso dolor que me invadió cuando vi los gestos de mi mujer mientras ella sentía -con todo y epidural- cómo un par de cirujanos desgarraban su vientre... En fin, la adrenalina que emergía a borbotones en el antiséptico quirófano no fue obstáculo para tomar conciencia al instante de que mi vida no volverá a ser la misma.
Para algunos, así de pequeñita Amanda ya tiene perfiladas sus características: "¡Hombre, pues es aries! ¡Mira que te hará batallar!" Los chinos la relacionan con un impopular roedor: la rata. Peor todavía, ¡¡¡vaya zodiaco!!! Ella respiró por primera vez una calurosa tarde de martes. No faltará aquel que rinda culto a los números y sus combinaciones, que advierta que nació un día 08 del mes 04 del año 08. Se emocionará aún más cuando se entere que fue justo a las 4:16 p.m. Sin embargo, eso no importa. Importa que fue mi día y mi hora CERO.
Importa todo, pero no todo tiene la misma importancia. Lo que importa es que ahora ella está conmigo luego de una angustiosa espera. En esta finita vida no sé cuánto tiempo pueda disfrutar de su presencia y permanencia.
Importa que mientras yo esté, SIEMPRE estaré para ella.
martes, 1 de abril de 2008
Peor que esas estereotipadas peleas
Pues bien, hace algunos días estuvieron de visita en casa un matrimonio, par de excelentes amigos de hace muchos años, que decidieron emigrar a la tierra pródiga del góber precioso y la mezclilla almidonada. Su cariño hacia los gatos y, recientemente hacia los perros, es digno de destacar. La travesía carretera hacia estas tierras la hicieron en compañía de su perrita cuyo nombre no recuerdo, pero es algo así como "Kamala", "Kampala", "Lumala", "Matanga" o "Lambada". Las más de 10 horas de camino se prolongaron por los constantes descansos para que la cachorrita pudiera estirar las patas y no se enfadara tanto.
La noche que estuvieron en casa, entre cervezas, tequilas, tacos y un recalentado espagueti, nos platicaron que pertenecen a una asociación que se encarga de conseguir hogares dignos para cientos de mascotas que sus dueños abandonan en la calle o que entregan al antirrábico. También tratan de "colocar" a perros y gatos callejeros con alguna familia o persona que los salven de ser "dormidos" (sic) con la fatal inyección.
Reconozco que jamás me he distinguido por ser un feroz activista de los derechos de los animales, pero me gustan los perros y los gatos (es especial estos últimos). De verdad que es triste reconocer los ojos desencajados de una mascota infeliz, atada de mucho más que un collar o confinada a una existencia de tortillas remojadas y sobras putrefactas de comida que nadie probó. Les comparto el enlace de la asociación a lo que pertenecen mis queridos Diana y Dónovan. No está de más echar un vistazo... http://can-cat.blogspot.com/
miércoles, 26 de marzo de 2008
Hasta siempre
Podíamos estar de acuerdo o no con su posición ideológica, con ciertos juicios o con su velada afición cruzazulina (¡bien por él!), pero -aunque reconozco que muchas veces sus conversaciones mutaban en auténticos monólogos- siempre se mostró dispuesto a escuchar.
En el salón de clases, excepto uno que otro condiscípulo deferente y reverente en extremo, no batallamos para tutearlo desde el primer momento. Su actitud jamás mostró esa arrogancia por delimitar el estatus de alumno y maestro. Las sesiones para disertar sobre los escritos de Gaos, Skinner o Berlin fueron más atractivas en "El jardín Modelo" acompañados de una chabela morena, ante el desconcierto de los dos o tres parroquianos que casi siempre acuden y la luz destellante de la opaca mega pantalla de chingomil pulgadas.
Contrastando con su desenfado académico e intelectual, su vida personal fue para todos nosotros un verdadero misterio. Nostálgico de la "capital" jamás se adaptó a su "provincial" ciudad de residencia, aunque no lo dijo -ni lo hubiera dicho- estoy seguro que logró encariñarse con los strawberry fields zamoranos.
lunes, 24 de marzo de 2008
DESDE HOY M aquí
Sea pues esta confesión el inicio de un experimento del que aspiro no sea ni tan efímero, ni tan intrascendente... Claro, al menos para mi.